A veces me pregunto si es que soy demasiado exigente o perfeccionista en mis gustos cinematográficos, pero que queréis que os diga, a mi la historia de un cocinero joven y ambicioso que se enamora de una sumiller y tiene que pelear por su amor no me parece el colmo de la originalidad. La película se mueve en terrenos más bien tópicos y previsibles, aunque es cierto que hay que agradecerle que no conceda giros facilones de guion (sin tilde) ni un final feliz postizo y encorsetado.
PORQUÉ NO ME GUSTA BON APPETIT...
Si bien es cierto que la vi doblada-una práctica que odio y de la que no puedo escapar en la cinematográficamente parapléjica ciudad de Cádiz- hay un exceso de música en la película, (esta especie de pop indie tan de moda y que debería ser eliminado de la faz de la tierra) lo cual se carga el clima intimista que pretende crear. Los diálogos no son el colmo de la sutileza ni parecen decir nada nuevo o que no se haya contado ya. Unax Ugalde será muy guapo, si, pero como actor es más bien detestable, un catálogo de miraditas interesantes, barba de tres días y mohines varios. Cuando tiene que llorar parece un cernícalo extreñido, como si se le fuera a romper la cara de tanto esfuerzo. La historia se desarrolla en el mundo de la cocina, si, pero igual daba que se hubiera desarrollado en el gremio de los taxidermistas o el de los sexadores de pollos. Simplemente es un entorno en el que desarrollarla. Toda la cinta tiene un aire a lo que en los 80 y 90 se llamaba un "Europudding", a saber, una coproducción europea, filmada en inglés y con actores de diversas nacionalidades con la pretensión de llegar a varios mercados. El resultado; una mezcla de ingredientes más bien insulsa, algo más digna que la media y con un
-digamos-relativo buen gusto, pero que no acaba de apasionar ni a alemanes ni a ingleses ni a españoles. Y el nivel general debe estar muy mal, porque la crítica ya la ha puesto poco menos que por la nubes...o será que son amiguetes del director...
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