Qué manía tienen los encargados de traducir los títulos de películas en destrozar el sentido óriginal del autor al titular una obra...Me los imagino en oscuras oficinas, en sótanos situados quien sabe dónde pensando -es un decir- como pueden fastidiar un film. En este caso, "Hereafter", que podría traducirse como "El más allá" o "La otra vida"-mucho más sutiles- por el insulso y obvio "Más allá de la vida", que podría muy bien ser el título de cualquier telefilm de lucha contra el cáncer o de alguna superproducción con Robin Williams de protagonista y muchos efectos visuales. Y no es el caso, porque la película de Eastwood es un cuento moral con reminiscencias dickensianas más que evidentes que se plantea que pasa tras morir -cosa que nos planteamos todos inevitablemente-, que se pregunta si hay algo más allá, eso sí, sin dar respuestas claras. O que nos esperábamos... ¿Qué Clint tenía la solución al mayor enigma del ser humano? Y es que da la impresión de que en un momento determinado Eastwood desiste de hablar de la muerte, ante la falta de respuestas, y decide hablar del amor, tal vez su único y poderoso antídoto. En este sentido destacan las interpretaciones femeninas-Cecile de France y Bryce Dallas Howard está deliciosas- por encima de la de Matt Damon y es que a pesar de su madurez y una carrera más que meritoria, a mi este muchacho siempre me pareció bastante insulso. Melodrama de corte clásico, tremendamente entrenido y eficaz, "Hereafter"-me niego a volver a llamarla por su título español- no es ni de lejos de las mejores películas de Eastwood, pero contiene momentos de belleza y secuencias verdaderamente conseguidas, como la de las clases de cocina o la impactante secuencia inicial que recrea el Tsunami de Tailandia con una veracidad terrorífica. Los que esperen gran cine en esta película no lo encontrarán, pero al menos si es una experiencia honesta, sensible y (relativamente) diferente.
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