"De dioses y hombres" es la historia de un grupo de monjes cistercienses, enclaustrados en un pequeño monasterio del Magreb, que tienen que decidir si se quedan o se van ante el progresivo acoso en la región de los grupos islamistas radicales. Se trata de una película extremadamente sencilla y depurada, con un ritmo sosegado -en ocasiones demasiado-, algo que en realidad no se le puede reprochar, pues la naturaleza del argumento no es que pida precisamente persecuciones y montajes paralelos. Xavier Beauvois, un director para mi desconocido hasta el momento, cuenta con un grupo de actores portentosos, que dotan de naturalidad y verosimilitud una historia de crisis de fe, valor, cobardía y convivencia entre religiones y en resumen, personas. Principalmente destacan Lambert Wilson y Michael Lonsdale (al que pudimos ver en "Ágora" y en la ya mítica "El nombre de la rosa) que sencillamente bordan sus papeles, insuflándolos de humanidad y cercanía. La mejor escena de la película, conmovedora y despojada de artificio, es aquella en la que una chica musulmana le pregunta a Lonsdale lo que significa estar enamorado. Para enmarcar. Rodada con maneras cercanas al cine documental, "De dioses y hombres" es una bocanada de cine de verdad, en ocasiones algo contemplativo pero austero y sencillo como este grupo de monjes, casi una "rara avis" en el panorama actual y que podría muy bien haber sido filmada en los 70 u 80. Más que una historia de religión, es un relato sobre sentimientos humanos que todos podemos sufrir y sufrimos: el miedo, la esperanza, la amistad e incluso la incertidumbre que padecen estos hombres que desde luego están muy lejos de ser dioses...
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