¿Qué podría tener de interesante -a priori- un documental acerca de una banda de heavy metal poco conocida y aún menos reconocida, a la que ni la suerte, ni los promotores, ni el tiempo ha tratado con justicia? Pues bien, "Anvil" es una de las películas más interesantes y emocionantes de la temporada, una necesaria radiografía a los mecanismos que hacen que un grupo triunfe por cada 100 que se quedan en el camino. Un guantazo necesario e implacable a la filosofía del éxito rápido, de la ascensión fugaz y de lo bonito y guay que es tener una banda. La historia de dos tipos, entrañables, que llevan 30 años intentando sacar su banda adelante, con todos los elementos en contra y casi ninguno a favor. La demostración de que no vale con perseguir tus sueños para alcanzarlos, de que ese tópico de "si peleas, lo conseguirás" no es cierto. Y también de que aún así seguir en esa lucha es lo más honesto que puedes hacer, tal vez lo único que puedes hacer si tienes verdadera vocación. "Anvil" muestra los entresijos de una industria que muestra una cara menos glamurosa y más sucia y realista, pero sobre todo es la historia de Robb Reiner y Lips, dos amigos que llevan persiguiendo un sueño con la misma ingenuidad e ilusión-aunque con unos kilos de más- que cuando con 15 años ensayaban en el garaje de sus padres. "Anvil" está realizada por Sacha Gervasi, guionista de películas como "La terminal" y su condición de guionista que sabe manejar los tiempos narrativos y los giros de guión queda patente. La película tiene numerosos hallazgos, emociona, provoca risas y un final maravilloso, de los que resumen todo el sentido de la cinta con un preciso corte a tiempo. "Anvil" contiene mucha más verdad que cualquiera de los bodrios y/o engendros palomiteros que podemos encontrar en la cartelera...
Nadie de los q te lee aquí va a ver bodrios palomiteros no??
ResponderEliminarespero...