Los grandes cambios comienzan por lo más pequeño. "La cinta blanca" es la última película de Michael Haneke y se podría decir que es una obra maestra. Narra con una elegancia y dureza tremendas los extraños sucesos acontecidos en un pequeño pueblo alemán poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial. La película habla del germen de la violencia y del odio, el miedo y de como una educación estricta, fría y ausente de cariño puede generar futuros (¿O no tan futuros?) asesinos. Filmada con un maravilloso blanco y negro, que explora nuevas posibilidades narrativas-todo tiene un aspecto onírico, irreal-, tiene una realización y dirección de actores memorables. Mención especial merece la escena en que un niño chico le pregunta a su hermana mayor por la muerte, es sencillamente una maravilla de escena, emocionante, tierna, dura, probablemente la que mejor recoja la temática de "La Cinta blanca". El miedo genera miedo, la violencia, más violencia. Haneke se muestra en esta película más sutil, dejando espacio para la sugestión al espectador-nunca se da nada mascado, no acaba de quedar totalmente claro lo que ha pasado-, rozando la maestría, creando una clásica pero moderna obra de arte. No se que más decir, salvo que la veáis.
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